Uno de los que más disfrutaba con ese peculiar espectáculo de ver como se iba montando el reflejo de todos los esfuerzos de un año era nuestro compañero y amigo Juan Escriche. Si, como digo, a todos los falleros nos emociona el rito de la plantà, lo de Juan estaba fuera de concurso. Era capaz de pasarse no ya horas, sino días, al pie de la falla; disfrutando con cada movimiento de las piezas, atento a cualquier cosa que pudieran necesitar los artistas. Armado siempre con su cámara de fotos, disparándolas a cientos y revelándolas el mismo día -cuando no había cámaras digitales- para los que, por motivos de trabajo o lo que fuera nos lo habíamos perdido, pudiéramos ver al llegar al Casal como había sido la subida del remate o el montaje de una escena en concreto.
Este año va a ser el primero que no vamos a poder ver a Juan en la plaza durante la plantà, y estoy seguro de que todos vamos a buscarlo con la mirada y echarlo a faltar. Lo sé porque al comenzar un año más a colgar las fotos de la nuestra plantà lo primero en que he pensado ha sido precisamente eso, que va a ser la primera que se va a perder Juan. Y he sentido que lo que menos podía hacer era escribir estas letras y dedicarle todos los trabajos que ahora comienzan. Va por ti