En nuestro caso, reservamos esta actividad para uno de los dos
primeros domingos de Marzo cuando la ciudad esta aún preparándose para
la gran fiesta pero Valencia ya huele a pólvora, y las fallas de mayor
tamaño (como la nuestra) están en pleno proceso de “Plantà” en las
calles.

Para ello se reparte a los participantes el arroz, la carne, la
verdura y todos los elementos para realizar una auténtica “Paella
valenciana”.

Una vez todas las paellas han sido terminadas se exponen al jurado
que “tasta” (prueba, en valenciano) todas ellas y se retira a deliberar.
Tras la multitudinaria comida se da lectura de los premios que son
aceptados con desigual entusiasmo pero con total deportividad.
Es, en general, una actividad fallera más en la que los premios no
son importantes en absoluto y que trata tan sólo de reunir a todos los
componentes de la comisión en los días previos a la semana grande de las
fallas.
Y qué mejor forma de reunirse que a comer en torno a varias paellas valencianas.
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