Artista: Manuel Rubio Almiñana
Lema: La Primera Comunión
Toda la Falla trata del día en que se toma la Primera Comunión, aunque cada uno de los protagonistas tenga su propia opinión de cuestiones como la compra del traje “ellas” o la del pito de marinero “ellos”.
Continuaremos con la lista de los regalos, los convites, banquetes y acabando por el protagonismo de los padres, que se olvidan de que se trata del día puntual de la Confesión Eucarística de los chiquillos y están pendientes de las amistades.
Por otra parte, el talante de los hijos, que pasan por el cuestionario del momento, pero que llevan dentro de ellos el “demonio” de los hechos, y que no saben más que repartir abrazos entre los familiares que se van de comilona y a los que menos les importa es el acto y motivo de la celebración.
Por otro lado, el Capellán –que no lo tienen nada claro-, participa en el acto con absoluta concentración, sabiendo que la gente acude sin ninguna admiración hacía lo que significa un día tan señalado.
Tampoco el comulgante tiene muy claro lo de la Hostia que le han dado y que lleva dentro, ni la felicidad que conlleva el ruido y el bienestar interno, no solo la del movimiento externo, mientras parece comportarse como un angelito al margen de la realidad, muy diferente al ambiente familiar y lúdico de la situación.
Lema: La Primera Comunión
Toda la Falla trata del día en que se toma la Primera Comunión, aunque cada uno de los protagonistas tenga su propia opinión de cuestiones como la compra del traje “ellas” o la del pito de marinero “ellos”.
Continuaremos con la lista de los regalos, los convites, banquetes y acabando por el protagonismo de los padres, que se olvidan de que se trata del día puntual de la Confesión Eucarística de los chiquillos y están pendientes de las amistades.
Por otra parte, el talante de los hijos, que pasan por el cuestionario del momento, pero que llevan dentro de ellos el “demonio” de los hechos, y que no saben más que repartir abrazos entre los familiares que se van de comilona y a los que menos les importa es el acto y motivo de la celebración.
Por otro lado, el Capellán –que no lo tienen nada claro-, participa en el acto con absoluta concentración, sabiendo que la gente acude sin ninguna admiración hacía lo que significa un día tan señalado.
Tampoco el comulgante tiene muy claro lo de la Hostia que le han dado y que lleva dentro, ni la felicidad que conlleva el ruido y el bienestar interno, no solo la del movimiento externo, mientras parece comportarse como un angelito al margen de la realidad, muy diferente al ambiente familiar y lúdico de la situación.
